DEPRESIÓN INFANTIL. ¿MI HIJO TIENE DEPRESIÓN?
En la actualidad la depresión es un problema que afecta a todas las edades. Estudios recientes muestran que un 2% de los niños y un 4-8% de los adolescentes presentan depresión.
En ciertos momentos del transcurso de la infancia y adolescencia los niños pueden mostrar ciertas emociones de tristeza, irritabilidad o desmotivación provocados por algún suceso puntual y en un periodo corto de tiempo pueden llegar a desaparecer, sin embargo, hay veces en los que ese periodo de tiempo se alarga considerablemente puede necesitarse la ayuda de un profesional para guiar al niño hacia una mejor gestión de esas emociones.
Es importante saber diferenciar la depresión de la tristeza. La tristeza es una emoción primaria del ser humano, junto con la alegría, asco, miedo, sorpresa y enfado, y como tal cumple una función adaptativa y funcional, mientras que la depresión es un trastorno del estado de ánimo, más larga en el tiempo y habitualmente carece de una causa específica.
¿Qué aspectos debo tener en cuenta para averiguar si mi hijo tiene depresión?
Los síntomas pueden variar en función de la personalidad y edad del niño.
Estos son los principales aspectos a observar en tu hijo:
- Estado de ánimo irritable o triste. Los niños son más propensos a estar más irritables o malhumorados que tristes o abatidos.
- Pérdida de interés o de placer. Las cosas que antes le producían cierto bienestar y diversión han dejado de hacerlo. Los padres suelen notar cierto aislamiento social o abandonos de actividades de las que antes disfrutaban.
Otros síntomas que pueden verse asociados son:
- cambios en el apetito del niño
- alteraciones en el sueño
- pensamientos sobre la muerte
- cambios en el rendimiento escolar
- disminución de la energía o cansancio.
TRATAMIENTOS DEPRESIÓN INFANTIL:
Los tratamientos más efectivos en cuanto a la depresión son:
- tratamientos psicológicos (terapia cognitivo-conductual o terapia familiar)
- tratamientos farmacológicos
- tratamiento combinado (terapia psicológica + fármacos)
Es importante tener en cuenta que ninguno de estos síntomas, por separado, o en conjunto, forman necesariamente un cuadro de depresión. Hay muchos otros problemas que pueden estar viviendo los menores que pueden llevar a este tipo de alteraciones. Para averiguarlo es necesaria una valoración profesional por lo que si has observado alguno de estos síntomas y tienes dudas, la mejor recomendación es acudir a un médico o psicólogo que pueda evaluar la situación y guiar tanto a los padres como a los niños en ese proceso.
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